Durante el último siglo se ha perdido el 75% de los recursos genéticos agrícolas y ganaderos. La diversidad agrícola, cultural y medioambiental es fundamental para mantener vivos los agroecosistemas y la agricultura familiar. Las variedades locales y campesinas además de tener grandes cualidades nutritivas y organolépticas, poseen una gran riqueza genética que les ofrece protección frente a plagas y enfermedades, están adaptadas a sistemas agrícolas complejos de una gran diversidad de componentes productivos y a las condiciones de suelo y clima locales. Estas características permiten la autonomía de los agricultores, el manejo agroecológico de los sistemas productivos y una alimentación variada y de alta calidad.
La Red constituida por un buen número de asociaciones y particulares de un espectro muy amplio en donde participan agricultores, asociaciones, investigadores, etc. trabajan bucando estos objetivos realizando numerosas acciones.